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The First Creation (Spanish)

El relato de la creación en Génesis 1:1-2:3 es una historia muy bien organizada acerca del orden de un cosmos caótico, que culmina el séptimo día con el sábado.


The Genesis Apocryphon from Qumran.
Genesis Apocryphon (1QapGen)

La Primera Creación (Gen 1:1-2:3)
Autor: David Carr
Traducción: Ruth Iliana Cohan (Asociación Bíblica Argentina)

Al encontrarse al inicio de toda la Biblia, Gen 1:1-2:3, es una de las descripciones bíblicas que más influencia ha tenido en relación con Dios, el universo y el rol de la humanidad en el cosmos. El Dios que vemos aquí es un rey cósmico, desempeñándose (así como lo hicieron muchos reyes antiguos) como comandante supremo y sumo sacerdote. El texto describe el universo como un templo cósmico sobre el cual Dios preside y en el que Dios ofrece su bendición. Dentro de este contexto, los humanos son representados como réplicas terrenales de Dios (hechos a “imagen y semejanza” de Dios), reflejando el poder soberano y creativo de Dios en la forma en que “gobiernan” sobre la creación y ellos mismos crean hijos. Esta no es una descripción científica de los orígenes del universo, ni puede hacerse compatible con la ciencia contemporánea. En cambio, es un relato de teólogos, destinado a mostrar el poder supremo de Dios sobre el universo y las formas en que los seres humanos comparten ese poder.

¿Describe el Génesis 1 la creación a partir “de la nada”?

El primer versículo del Génesis 1 generalmente se traduce “en el principio cuando Dios creó el cielo y la tierra”, y la mayoría de las personas se imaginan a Dios conjurando partes del universo como un mago: “Que haya… y así fue”. Pero la traducción tradicional es incorrecta. En cambio, los dos primeros versículos de la Biblia describen el caos que precedió al orden creativo del cosmos: “Cuando Dios creó por primera vez el cielo y la tierra –y la tierra era un vacío sin forma, la oscuridad estaba sobre la faz de las profundidades, y un viento divino se cernía sobre las aguas–Dios dijo…” En el principio, por así decirlo, era caos.

A continuación, en el resto del Gen 1 se describe cómo Dios transforma ese oscuro caos en un cosmos ordenado, habitado y “muy bueno”. Dios crea primero la luz, y esto ayuda a establecer el patrón del día y la noche que domina el resto del capítulo. En el segundo día Dios crea una bóveda (a menudo se traduce como “firmamento”) que crea una burbuja de aire entre los océanos primigenios superior e inferior, en el que el resto de la creación puede florecer. El tercer día trae la creación de la tierra seca y el mandato de Dios para que de esa tierra seca broten las plantas. Los siguientes tres días corresponden a cada uno de los primeros tres días: Dios crea luces celestiales en el día cuatro, correspondiente a la luz en día uno; Dios crea criaturas del mar y del aire en el día cinco para habitar las esferas enfocadas en el día dos; y en el día seis Dios crea los animales y los seres humanos para habitar la tierra seca creada en el día tres y para comer las plantas que brotaron para ellos. En todo momento Dios da órdenes como un gobernante real, y las órdenes de Dios se ejecutan, señalado por avisos tales como “y así fue”. Entonces, Dios contempla su obra y pronuncia que “era bueno”. De hecho, después de crear a los animales y a la humanidad en el sexto día, Dios proclama que el cosmos habitado era “muy bueno”. Si hay un mensaje que el Génesis 1 quiere dar sobre Dios y el universo, es que Dios está a cargo y que el mundo que Dios ordenó es “muy bueno”. Nótese aquí que el énfasis a lo largo del capítulo está en el poder de Dios para organizar la creación en las diferentes partes de un templo cósmico, no en la mágica “creación” de Dios de la materia de la nada. La idea principal es la bondad de la creación y el papel de la humanidad en ella.

¿Puede la palabra “día” en el Génesis 1 también significar “era”?

Algunas personas han sugerido que Génesis 1 puede hacerse compatible con la ciencia moderna si uno entiende la palabra “día” en el relato para referirse a una “era” que abarca potencialmente cientos o incluso miles de años. Lo que a estos lectores se les escapa es que toda la estructura de los seis días en el Génesis 1 conduce a una conclusión basada en una semana real: el descanso de Dios (shabbat hebreo) y la bendición del séptimo día (Gn 2:1-3). Ningún otro relato antiguo de la creación está organizado de esta manera. Algunos describen a los dioses descansando después de la creación, pero sólo porque habían creado a los seres humanos para hacer el trabajo por ellos. Génesis 1 es único al describir la creación como un proceso de siete días coronado por el mandato de Dios de un día de descanso semanal, en el cual no solo Dios, sino que finalmente los seres humanos también descansarán (por ejemplo, Ex 20:8-11; Ex 31:12-17). Este descanso sabático no es una carga, sino otra forma en que los seres humanos pueden reflejar la “imagen y semejanza” de Dios. Por lo tanto, reinterpretar los “días” de Gen 1,1-2:3 como “eras” metafóricas o similares es perder todo el énfasis de la introducción que Dios hace de un descanso sabático en la semana que todos conocemos.

  • David Carr

    David M. Carr is the author, most recently, of Holy Resilience: The Bible’s Traumatic Origins (Yale University Press, 2014), which retells the story of the emergence of the Bible and of Judaism and Christianity as a story of survival of trauma. He is professor of Old Testament at Union Theological Seminary in New York and is the author of numerous other books, including The Erotic Word: Sexuality, Spirituality and the Bible (Oxford University Press, 2003) and Introduction to the Old Testament: Sacred Texts and Imperial Contexts of the Hebrew Bible (Blackwell, 2010).